«SI CONGELAS CALIDAD, DESCONGELAS CALIDAD» (By Carmina)

Un lunes cualquiera. Seis de la tarde. Suena mi móvil. Recibo un whatsapp:

– «Chicas, reunión Tupper en mi casa el martes 21. ¿Quién se apunta?» 

– ¿Tuppersex? Síiiiiiiii. Nunca he ido a una y me encantaría. 

-No, Nata. Reunión de Tupperware.

– ¿Cómo? ¡Sí, hombre! ¿Habrá algo menos sexual y excitante que una reunión de Tupperware?

Pues sexual no lo será, pero excitante sí. Os lo aseguro.

MARTES 21

Me presento en casa de la anfitriona. La mesa del salón llena de Tuppers y cupcakes. Mi Maruja sentadica y comiendo magdalenas, relajada. Ella ya se sabe la lección. Yo con los ojos abiertos como platos y con un paquete de 500 folios y un bolígrafo. ¡Y menos mal! Tomé notas como para hacer el segundo tomo de las Páginas Amarillas, pero mejor y más interesante que una rueda de prensa cualquiera.

 -Buenas tardes. Me llamo Carmina y llevo 29 años trabajando en Tupperware.

A mí se me abrió la boca y ya no la cerré en hora y media. Sí, vale, comí cupcakes pero no me refiero a eso. Carmina está fuera de la estadística. Ella no conoce la cola del INEM, esa que forman 6 millones de Community Managers. Ni la conoce ni la conocerá porque los Tupper  se los quitan de las manos. Me contó que las ventas de su empresa han aumentado un 10% con respecto al año pasado. Resumiendo: hemos pasado de comernos el menú en el bar de la esquina del trabajo a comernos la tortilla en la oficina (Menos yo, que no sé hacerla). La crisis la llevamos en un Tupper, pero no vale uno cualquiera. No. Si no es de los que vende Carmina podéis morir. Eso, como poco.

-Antes de nada quisiera explicarnos unas cosas básicas sobre el uso de los Tuppers

¿Explicar?, ¿cosas básicas? ¿Se refiere a ir a casa de tu madre, coger un tupper y decirle que te lo llene de comida? Si es eso, me fumo la clase.

-El tupper está hecho de polietileno.

(Uf, la cosa empieza mal. Yo soy de letras, y mira para lo que me ha servido. 8 meses en paro).

-¿Cómorrrr? ¿Me lo puedes repetir?

-¡Polietileno puro, el oro del plástico!   

-Aaaaaaaaaaah

-La mayoría de señoras ya se ha dado cuenta de que no es lo mismo congelar en una bolsa que en un Tupper, seguía Carmina. El Tupper es una inversión.

(¿La mayoría de las señoras? Pues, o no estoy entre la mayoría o no soy señora ¡Y menos mal!)

Y no le faltaba razón cuando decía que es una inversión. Podrás comprar un Tupper con lo que lleves en el monedero, pero si quieres dos tendrás que pasar antes por Bankia y pedir un préstamo personal.

Y a partir de ahí empezó Carmina a dar cifras y datos y aquello era más difícil de asimilar que un Consejo de Ministros en el que se reajustan las pensiones, se consolida el déficit, se despide en diferido y nos movilizan exteriormente.

-Los que tienen agujero HAY que meterlos al microondas.

-¡Ah, pues ponme uno, Carmina! No tengo microondas, pero ya veré qué hago con él.

-En los redondos HAY que guardar los alimentos cocinados.

-¡Lo quiero!

 – Todos se pueden meter al lavavajillas y, no sé si lo sabéis pero tenemos unas ensaladeras preciosas para guardar ensalada murciana.

A mí me iba creciendo dentro una necesidad de comprar uno de cada que no podía aguantarme. Sobre todo porque yo nunca he tenido una ensaladera preciosa. Las mías son de plástico y bastante feas, por cierto.

-¿Y las tijeras?, ¿quién no tiene unas tijeras en su cocina? Éstas son desmontables. Cortan lo indecible, las puedes meter al lavavajillas y si en un año se te va el filo te las cambiamos por otras nuevas. Estas tijeras HAY que tenerlas.

-¡Me las llevo!

-Y ¿qué me decís de este Tupper para la ensaladilla rusa? Todas las amas de casa TENEMOS que tener uno en casa.

-¡Pues venga, pa mí!

-Lo más importante que tenéis que saber es que HAY que congelar los alimentos en recipientes de la marca Tupper porque si congelas calidad, descongelas calidad.

Carmina hablaba con tanta seguridad que, dijera lo que dijera, yo me lo creía y, además, compraba. Una seguridad pasmosa. La misma con la que yo le digo a El señor de la perilla “Alfredo, hay que recoger la cocina o Alfredo, tenemos que planchar” y él va y lo hace. Y es que tú metes un HAY o un TENEMOS en una frase que tenga que ver con limpiar, fregar, barrer, sucio o polvo (¡uy, se me ha escapado!) y ¡no falla!, siempre hay alguien que se da por aludido y lo hace. Lo mismo que me ha pasado a mí con Carmina, que le he comprado el catálogo entero. ¡Menuda pájara!