LA PISCINA ‘ME PONE’


Sí, hemos vuelto. Después de un verano frenético y apasionado (por decir algo…) ya estamos aquí las dos. Yo con el carné del paro en el cajón y Mi Maruja con el plumero, el Pronto y el monedero en el sobaco. Ya sé que hemos tardado unos meses, pero es que después de un verano como el que hemos pasado –de invitados en casas ajenas- tocaba hacer limpieza a fondo y no había ni tiempo para escribir. Limpieza a fondo. Tan a fondo que hemos tenido que usar las aletas, las gafas de buceo y la botella de oxígeno.

En realidad no me quito ninguna de las tres cosas en toda la semana. Cuando no es para limpiar, me las pongo para mis clases de natación, aunque a mí lo que me gusta no es nadar. A mí lo que me gusta y me inspira es meterme en el vestuario de la piscina con esa manada de señoras que ya están en el tiempo de descuento –con la hipoteca, el plan de pensiones y el Ocaso pagado- y que se cambian en el aseo para que no las vean desnudas. Ayer Mi Maruja, con una emergencia de aguas menores, casi le tira la puerta abajo a una de ellas. Menos mal que la pobre llevaba puesto el Tena Lady, si no… se desborda la piscina.

Como iba diciendo, el vestuario y la piscina me inspiran.

MI MARUJA: ¡Cómo no te va a inspirar!  ¡Si tienes una hermosura de monitor con una tableta de chocolate Lindt tatuada en la barriga!

No, Maruja, la cosa no va por ahí aunque se le parece. A mí lo que me inspira y casi me deja muerta en la piscina es que el monitor me diga:

-Natalia, por favor, coge el churro.

¡Imaginaos la primera vez que lo oí!

-YO: ¿¿¿Perdón???

-EL MONITOR: Sí, que cojas el churro.

Y Mi Maruja pensando en que no había traído el termo.

(-MI MARUJA: ¡Claro! Si el chiquillo me hubiera avisado, yo me lo traigo lleno de chocolate caliente)

-YO: Pues mira, es que ya he desayunado en casa.

-EL MONITOR: No, no. El churro, el churro, que lo cojas.

-YO: ¿Cómo?

-EL MONITOR: Que cojas el churro y te lo metas entre las piernas.

-MI MARUJA: ¡Ah, no, eso sí que no. Que la chiquilla no tendrá trabajo pero aún le queda dignidad!

-YO: Maruja, por Dios, que yo esto no lo he visto nunca. Ni en los documentales de La 2.

-MI MARUJA: Ni yo, hija. Ni yo.

-EL MONITOR: Mira, es muy sencillo. Coge el churro fuertemente con las dos manos, te lo pones entre las piernas y te haces un largo con los brazos de crol.

-YO: Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah. Esooooooooooooooooooo.

¡Qué mal rato pasé!

MI MARUJA: Y yo, hija. Y yo. A mí los churros, si no son con chocolate, me sientan muy mal.

Un pensamiento en “LA PISCINA ‘ME PONE’

  1. Hombre…, Maruja, ya con ganas de leerla estábamos !!. Simpático y gracioso su artículo, jeje, lo q me he reído con el churro !!. Un abrazo, Maruja.

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