MI MARUJA ES MÁS LISTA QUE EL HAMBRE


Soy muy, muy pero que muy lista. Lo dice mi madre. Y si mi madre lo dice, eso va a Misa. Yo no soy creyente, excepto cuando mi madre habla. ¡A ver quién tiene narices a llevarle la contraria! Pues eso, que yo soy muy lista, pero Mi Maruja más. Ella es más lista que el hambre.

Desde que estoy en paro ir al supermercado es una de mis pocas distracciones. He intentado ir a tiendas de ropa, pero antes de entrar ya suenan las alarmas anti parados. Y, sinceramente, lo agradezco. Quien evita la ocasión…evita el peligro. Así que he cambiado Zara por Mercadona.

A ver, no voy por voluntad propia. No. Voy porque Mi Maruja me obliga, sobre todo desde que me pasó aquello con las patatas del pollo. Según ella necesito 20 minutos diarios para tapar las lagunas que tengo en el ámbito doméstico. Lagunas que a veces parecen el Mar Menor.

MI MARUJA: Mira, hija, esto va a ser como dejar de fumar o empezar la operación bikini. Poco a poco, pero con constancia.

YO: ¡Maruja, por Dios, 20 minutos todos los días!

MI MARUJA: Hermosa, confundes las patatas con las patas del pollo. Tú serás muy buena periodista, pero a mí no me haces más la compra.

 

Lunes, 10 de la mañana. Avenida Juan Carlos I. Voy a Mercadona a comprar unos ‘básicos’

MI MARUJA: ¡Venga, nena, entra!

YO: No. Me niego. No entro. Yo quiero ir a comprarme ropa o a hacer reportajes.

MI MARUJA: ¡¡¡¡¡Que entres ahora mismo, coño!!!!!

YO: Vale, entro, pero prométeme que no me obligarás a cardarme el pelo.

Y es que por lo de llevar el monedero debajo del sobaco paso, pero lo del pelo cardao…Ni hablar. ¡Con lo que me ha costado tenerlo liso!

El caso es que empiezo por la zona de perfumería,  arrastrando la cesta con tanta naturalidad que parezco Mi Maruja en lugar de parecer Yo misma. Sigo por la frutería, de las secciones que más me gustan porque puedo comprar lo que quiera sin pedir ayuda a Mi Maruja ni quedar en ridículo ante el frutero. Avanzo por la carnicería, paso de largo la pescadería y llego a los lácteos. Y aquí empieza el problema.

¿Para qué habrá tantos ‘yobures’?, como decía mi abuela Lola. Si para elegir uno tendría que haber un temario del tamaño de los de las Oposiciones a Justicia: ‘Lácteos y derivados. ¿Cómo elegir tu yogur?’

-¿Cuál cojo? ¿Con fibra?, ¿con trozos de fruta?, ¿de chocolate? ¡Griego! Es como el color negro en los vestidos: un valor seguro.

MI MARUJA: Marcas blancas. De lo demás, olvídate. Estás en paro, bonita!! Y el señor de la perilla también.

Y comparando precios me di cuenta de algo que nunca olvidaré. LOS YOGURES GRIEGOS SIN AZÚCAR SON MÁS CAROS QUE LOS AZUCARADOS. ¡Olé!

-¡Marujaaaaaaaa, Marujaaaaaaaaa! ¿Estás ahí?

MI MARUJA: ¿Que si estoy? ¡Tú verás! A ver si te crees que eres tú la que se ha dado cuenta de lo del precio de los yogures!

YO: Ah, vale. Me quedo mucho más tranquila. Mi madre se llevaría un disgusto si se entera de que los cuatro años que me pagó en la Universidad, al final, me están sirviendo para esto.

Y toda contenta por mi descubrimiento, echo los yogures en la cesta, me voy a la caja y le pregunto a la cajera que por qué son más caros los ‘sin azúcar’ si llevan un ingrediente menos. No supo responder. Normal. Si te llamas Chari…no puedes contestar preguntas de esa dificultad.

Yo soy muy lista, pero Mi Maruja es más lista que el hambre. Por eso acaban de contratarla en el SEF para impartir un curso de economía doméstica avanzada mientras yo lo celebro con un Griego con azúcar. (Hasta que La Chari le diga a su jefe que tienen los precios mal puestos)

PD: Mi Maruja y yo estamos encantadas con todas vuestras visitas. Ya llevamos más de 800 en sólo una semana. Dice que un día de estos os invita a comer para celebrarlo 😉

 

 

 

 

5 pensamientos en “MI MARUJA ES MÁS LISTA QUE EL HAMBRE

  1. Genial, simplemente genial. No sabes como te entiendo Natalia. Esoy en la misma situación que tú. No quiero ir a hacer la compra, ni lavar, planchar, pasar la aspiradora o fregar. Quiero escribir notas de prensa, hacer reportajes, locutar un informativo …….. Un besazo enorme

    María

  2. Es muy cierto todo cuanto aparece en estos escritos…también explicados.
    Cuando no eres «Maruja», si no trabajadora…como vas como las locas…ni te fijas en esas cositas tan importantes…solo corres, corres y corres por los pasillos un sábado a última hora.
    Ni te sale «LA MARUJA», solo deseas llenar el carro, descargarlo y meterlo en el frigo…y no me digas!!!, si tienes que hacer la comida por la noche…eres capaz de meter en la olla…la bolsa congelada que pone COCIDO, sin darte ni cuenta que en el no van los garbanzos.

  3. Q grande, Natalia !!. Trabajando o en el paro, siempre es un placer seguirte. Esa periodista, q la Maruja quiere esconder, nos deleita cada vez q la leemos. Sus aventuras domésticas, nos arrancan una sonrisa, en tiempos difíciles. Gracias, tía GRANDRE !!. 😊

  4. Qué grande!! Menos mal que ya somos muchos los que comparamos precios y leemos ingredientes. Pensando en lo tuyo de los «griegos» estoy nena y… me digo yo: ¿no será que el aspartamo, sacarina o la porquería que quiera que echen en sustitución del azúcar es más cara?… ¿o de verdad no lleva nada?… Y aquí me tienes dándole vueltas al «griego».

  5. Gracias a todos!!!! A Maruja le encanta saber que estáis ahí. Yo no entiendo nada de economía doméstica, pero es que ella no tiene ni idea de blogs y nuevas tecnologías 😉

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